Humedales Costeros: refugios de vida y equilibrio natural
- Tita Orellana Rivera

- hace 3 días
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Primero, es importante definir qué es un humedal. Seguramente te has encontrado con alguno más de una vez, sin saber que ese espacio tenía un nombre y una función esencial en el ecosistema.
Un humedal es una superficie de tierra saturada de agua —dulce, salada o salobre— de manera permanente o estacional. Estos lugares, ricos en vegetación terrestre y acuática, albergan una enorme diversidad de vida: invertebrados, mamíferos, peces, moluscos, aves y anfibios, entre otros. Son verdaderos corredores biológicos, donde las especies encuentran alimento, refugio y condiciones ideales para su supervivencia.
Los humedales representan la transición entre ecosistemas acuáticos y terrestres, y desempeñan un papel clave frente al cambio climático. Actúan como sumideros naturales de dióxido de carbono (CO₂), purifican el agua gracias a millones de organismos bioindicadores y regulan fenómenos naturales como inundaciones, marejadas, tsunamis o sequías.
Además de su valor ecológico, los humedales contribuyen al bienestar humano: observarlos o recorrerlos favorece la salud mental y la conexión con la naturaleza. En Chile, la Ley 21.202 de Humedales Urbanos reconoce su importancia, permitiendo identificarlos, gestionarlos y protegerlos.


Humedales costeros del Mataquito y Huenchullami
En la cuenca del río Mataquito se encuentra el complejo de humedales costeros Mataquito-Huenchullami, un tesoro natural que se extiende por 15 a 17 kilómetros de playa, desde la desembocadura del río Huenchullami, en la comuna de Curepto, hasta la del río Mataquito, en Licantén.
Este sistema abarca aproximadamente 846 hectáreas que incluyen dunas, playas, islas y cursos de agua. Alberga unas 155 especies de aves, tanto migratorias como endémicas. En este ecosistema converge el 1% de la población mundial de Pilpilén (Haematopus palliatus) y también habitan especies como la gaviota garuma (Leucophaeus modestus), el flamenco chileno y el zarapito común, que utilizan estos espacios para alimentarse y recuperar energía antes de sus rutas migratorias.
Los humedales pueden visitarse de forma responsable y sostenible: sin intervenir la fauna, sin dejar residuos y preferentemente mediante excursiones guiadas a pie o en embarcaciones sin motor. Navegar por el río Mataquito permite descubrir las islas de las gaviotas y las dunas costeras, donde el sonido del mar y el viento invitan a una conexión profunda con el entorno.
En mayo de 2024, Mataquito-Huenchullami fue declarado Sitio de Interés Regional dentro de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), un reconocimiento internacional que destaca su relevancia ecológica. Sin embargo, este título no implica protección legal, por lo que el área enfrenta riesgos de intervención privada o degradación ambiental, amenazando el hábitat de miles de especies.

La Convención de Ramsar
La Convención de Ramsar es un tratado intergubernamental creado en 1971 en la ciudad iraní del mismo nombre. Su propósito es promover la conservación y el uso racional de los humedales en todo el mundo. Los países adheridos se comprometen a proteger estos ecosistemas por su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que brindan a la humanidad.
Conclusión
Los humedales son espacios vitales para la biodiversidad y el equilibrio ecológico. En ellos se concentra la vida, el agua y la esperanza de un planeta más sano. Protegerlos y gestionarlos responsablemente es tarea de todos.
Si deseas saber más, puedes visitar el sitio oficial del Ministerio del Medio Ambiente de Chile, donde se detalla la clasificación de los humedales y ecosistemas desde el norte hasta el sur del país.












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